Los bienes de la Santa Sede se utilizan "no para sí mismos, como propietarios privados, sino bajo la autoridad del Pontífice, para el bien común y al servicio de la Iglesia universal"
Carta apostólica “Spiritus Domini” en forma de “Motu Proprio” sobre la modificación del Código de Derecho Canónico acerca del acceso de las mujeres al ministerio del lectorado y acolitado