Según él, los ateos ven la luz de Dios en las personas contemplativas

Cardenal Barbarin, a los consagrados españoles: “Un imán me dijo que ellos se harían cristianos por el ejemplo de las religiosas”

El arzobispo de Lyon ha participado en la 46ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, celebrada en Madrid

El cardenal francés Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon y primado de las Galias, en la 46ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada.
El cardenal francés Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon y primado de las Galias, en la 46ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada.

El cardenal francés Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon y primado de las Galias, ha participado en la 46ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, que finaliza hoy en Madrid. Su conferencia, titulada "La belleza, clave teológico-espiritual", ha desatado el entusiasmo de los cientos de religiosos reunidos en el encuentro, que han ovacionado al prelado con un largo aplauso.

Su excelsa formación teológica (doctor por el Instituto Católico de París, rector de la Universidad Católica de Lyon y miembro de la Comisión Doctrinal de la Conferencia Episcopal de Francia), no le ha impedido pronunciar una conferencia cercana, clara, amena, con un lenguaje accesible a todos.

Invitado a este encuentro organizado por el Instituto Teológico de Vida Religiosa (claretianos) celebrado del 20 al 23 de abril bajo el título “La Vida Consagrada tras las huellas de la belleza”, entre otras razones, por pertenecer a la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica de la Santa Sede, Barbarin no ha dejado indiferente a nadie.

En su discurso, recurrió a varios escritos de san Juan Pablo II dirigidos a los consagrados. Les habló de la Transfiguración del Señor, “la energía de Dios que transforma”, dijo.

El cardenal relató que de once hermanos que son, tres hermanas son religiosas (una misionera y 2 contemplativas). “Cuando la pequeña también anunció que se hacía religiosa, mi madre, aunque muy católica, libró una batalla interior. Ella quería que se casara, pero al final, aceptó el derecho de Dios a llamar a quien quiere”, manifestó.

Un filósofo ateo

Su conferencia estuvo salpicada de anécdota. Contó, por ejemplo, la conversación que mantuvo con el filósofo ateo André Comte quien le confesó que “no había nada más hermoso en el mundo que ver a los monjes cantando todos juntos y formando un mismo cuerpo”. Y añadió: “Los ateos, los musulmanes, la sociedad, puede ver la Gracia y la Belleza de Dios en la vida consagrada”.

El arzobispo de Lyon narró también la experiencia de un padre jesuita de su diócesis que vive en una zona de Turquía, con solo dos únicas iglesias abiertas, separadas una de la otra por cientos de kilómetros. “Me confesó que no quiere que vayan sacerdotes porque los musulmanes les desprecian. Sin embargo, desea que acudan hermanas, porque este país no supone ningún peligro para ellas y, además, los musulmanes las tienen muy en cuenta. Son la presencia de Dios en medio de nosotros”.

Barbarin insistió en que las congregaciones de monjes cartujos, benedictinos y otras transmiten el amor, la belleza divina “son un esplendor de la bondad de Dios”.

Abandono de vocaciones  

El cardenal francés, que sonó como uno de los papables en el último cónclave, afirmó también que, dentro de la hermosura y belleza de la vida religiosa, no hay que olvidar el pecado.

“El Papa Francisco ha hecho referencia a las personas que abandonan la vida religiosa. En la Conferencia Episcopal Francesa hemos analizado las traiciones y el mal que también se produce dentro de las congregaciones. Lo importante es pensar en el momento en que cada uno estaremos delante del Hijo del Hombre: ¿Podremos sostenernos en pie delante de él?”, subrayó.

 

En este sentido, el arzobispo de Lyon insistió en que la Iglesia es fraternidad y que la vida consagrada debe vivir y transmitir esta fraternidad.

Pornografía, la esclavitud actual  

Barbarin dedicó la tercera parte de su conferencia a reflexionar sobre la belleza social de la vida consagrada y el servicio caritativo de las congregaciones. “Me acuerdo de una hermana que convivía y curaba a niños leprosos. Todos ellos felices y sonrientes. Era una religiosa que pertenecía a la aristocracia española. Le pregunté: ¿Qué haces aquí, que tendrías que estar casada, con hijos en un castillo? Y me respondió: amigo, es el Señor que hace lo que quiere”.

Sobre el testimonio de la vida consagrada, mencionó el trabajo de las Misioneras de la Caridad de la madre Teresa de Calcuta, y agradeció el trabajo de los consagrados en todos los lugares donde hay fragilidad, por ejemplo, los que combaten la pornografía (la esclavitud actual) y la droga.  También, los entregados a la educación de los jóvenes y de los medios de comunicación.

Concluyó resaltando la “gratuidad” de la vida consagrada. “Hay gente que piensa que una vocación es una vida perdida. Pero el Papa Francisco compara la vida consagrada con el perfume que da fragancia al mundo. Un imán me dijo: si en nuestro país nos lo permitieran, seriamos todos cristianos gracias al ejemplo de las hermanas entre nosotros; son las únicas que dan amor gratuitamente”.

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