El Vaticano recibe presiones externas para que modifique la moral del matrimonio

El Papa no quiere, de momento, que Doctrina de la Fe responda las dudas de los cuatro cardenales

La posición del Santo Padre es de prudencia y de evitar un mal mayor a la Iglesia Católica

El Papa Francisco y el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Gerhard Ludwig Müller.
El Papa Francisco y el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Gerhard Ludwig Müller.

Fuentes consultadas por Religión Confidencial que colaboran en algunos dicasterios de la Curia Romana afirman que el Papa Francisco no quiere, de momento, que la Congregación para la Doctrina de la Fe responda a las dudas de los cuatro cardenales. Una de las razones sería la prudencia para evitar un mal mayor dentro a la Iglesia Católica.

Las mismas fuentes señalan a este Confidencial que uno de los males que acechan a la Iglesia Católica son las presiones externas de ciertos sectores contrarios a la moral católica, que están presionando al Santo Padre para que modifique la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio.

Responder a las dudas generaría peor ambiente dentro de la Iglesia Católica y el Papa prefiere, en estos momentos, guardar silencio al respecto y seguir en la misma línea que está caracterizando su pontificado: prudencia y discernimiento de la conciencia individual en esta materia.

En este sentido, el cardenal Gerhard Ludwig Müller prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha declarado en una entrevista al canal Tgcom24 que en este momento no es posible una corrección al Papa "porque no hay ningún peligro para la fe".

En esta misma entrevista Müller señala que todos los fieles pueden ejercer el derecho de escribir una carta al Papa, especialmente los cardenales, pero le sorprendió que esta carta se hiciera pública a través de los medios de comunicación, "casi obligando al Papa a decir sí o no".

El cardenal Caffarra entregó personalmente la carta al Papa

Según las fuentes consultadas por RC, el cardenal Carlo Caffarra fue quien entregó personalmente al Papa Francisco, la carta escrita por los cuatro purpurados sobre las dudas de la Amoris Laetitia.

"Estas dudas debían ser dirimidas y respondidas por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Muchos prelados consideran que es legítimo que los cuatro cardenales hayan planteado estas dudas al Santo Padre. Otra cosa distinta es hacerle una corrección formal al Papa, que es algo mucho más serio. Estos cardenales han ejercido un derecho que tienen en cuanto fieles", señalan las mismas fuentes.

Respecto al tema más polémico de la Amoris Laetitia, sobre si los divorciados vueltos a casar en una nueva unión civil puedan recibir la Eucaristía, las mismas fuentes insisten: "Nadie puede afirmar lo que el Papa no está diciendo. A partir de Amoris Laetitia el Santo Padre no ofrece ninguna razón por la que se deje de considerar que es un adulterio la convivencia marital entre un hombre y una mujer sin estar casados por la Iglesia, y por lo tanto, ningún adúltero puede comulgar. Este es un principio moral que el Santo Padre no ha cambiado".

En opinión de estas fuentes, aquellos sacerdotes, religiosos o personas que dicen otra cosa, no tienen autoridad para contradecir este principio moral. 

Obispos argentinos

Respecto entonces a la carta enviada por los obispos argentinos al Santo Padre y que el Papa respondió con otra misiva en la que decía que "el escrito es muy bueno y explicita cabalmente el sentido del capítulo VIII de Amoris Laetitia y no hay otras interpretaciones y estoy seguro de que hará mucho bien", las mismas fuentes aclaran: "Se ha de decir que esto se escribió solo ante un borrador de la carta antes de que existiese la oficial. Se trataba de una carta que no correspondía a los obispos argentinos sino solo a los de Buenos Aires y que ni siquiera había firmado el Cardenal Arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli".  

 

Por otro lado,  las mismas fuentes explican que estas palabras del Papa, entendidas como si fueran exclusivas, (la única interpretación) se ponen en contradicción con otras que también ha dicho el Santo Padre. Por ejemplo, a los obispos polacos les dijo otra cosa distinta y que no ha transcendido a los medios de comunicación y que está en consonancia con el principio moral sobre el adulterio. 

Contestación privada y no oficial

Y por último, la carta del Papa a algunos obispos argentinos no ha sido publicada en ningún medio de comunicación de la Santa Sede, y por lo tanto, queda enmarcado en una contestación privada y no ensalzada a un documento del Magisterio. 

Las mismas fuentes aclaran en que la insistencia en el acompañamiento como regla de discernimiento, es la novedad pastoral de la exhortación apostólica Amoris Laetitia, y que abarca muchas situaciones distintas: si un miembro de la pareja tiene fe y el otro no, si tienen hijos comunes, si tienen hijos de otro matrimonio, etc.

"La reforma sobre la nulidad matrimonial del Santo Padre es tan amplia que prácticamente llegará a muchas de estas parejas que llevan tiempo casadas civilmente con hijos, y que consideran que su primer matrimonio es nulo. Con esta reforma de nulidad matrimonial, se ha hecho todo lo humanamente posible. Por lo tanto, es muy difícil ue los divorciados casados civilmente, con hijos, con años de convivencia, no puedan obtener la nulidad de su primer matrimonio canónico por motivos de forma, cuando sea verdadera la causa de nulidad". 




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